Un dios salvaje teatro nuevo apolo
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Según las leyendas órficas (basadas en las historias de Orfeo), Dionisio era hijo de Zeus y Perséfone (reina del inframundo e hija de Zeus y Deméter). En lo que no era raro entre los dioses griegos, Perséfone era al mismo tiempo hija, sobrina y cuñada de Zeus. Según el mito, Zeus sedujo a Perséfone en una cueva en forma de serpiente y de la unión nació Dionisio. El niño era el favorito de su padre y, a pesar de su infancia, fue capaz de subir al trono de Zeus y blandir sus rayos, lo que le convirtió en muchos aspectos en el sucesor de Zeus. Esto no era aceptable para Hera, que en sus celos incitó a los Titanes a matar al niño. Con su ayuda, los Titanes lograron finalmente llevar a cabo la tarea y el niño Dionisio fue despedazado y devorado. Sin embargo, Atenea (diosa de la sabiduría y la guerra) consiguió salvar el corazón del niño y se lo entregó a Zeus. Zeus, enfurecido, golpeó a los Titanes con un rayo y fueron consumidos por el fuego. Luego puso el corazón superviviente en una poción y se lo dio a una de sus amantes mortales, Sémele. Finalmente, Dionisio nació de Sémele como la reencarnación del hijo que había tenido Perséfone.
Dios dionisio
Apolo[a] es una de las deidades olímpicas de la religión clásica griega y romana y de la mitología griega y romana. Divinidad nacional de los griegos, Apolo ha sido reconocido como dios del tiro con arco, la música y la danza, la verdad y la profecía, la curación y las enfermedades, el Sol y la luz, la poesía, etc. Uno de los más importantes y complejos de los dioses griegos, es hijo de Zeus y Leto, y hermano gemelo de Artemisa, diosa de la caza. Considerado como el dios más bello y el ideal del kouros (efebo, o joven imberbe y atlético), Apolo es considerado el más griego de todos los dioses. En la mitología etrusca de influencia griega, Apolo es conocido como Apulu[1].
Como deidad patrona de Delfos (Apolo Pythios), Apolo es un dios oracular, la deidad profética del Oráculo de Delfos. Apolo es el dios que proporciona ayuda y aleja el mal; varios epítetos lo llaman el “alejador del mal”. Apolo Délfico es el patrón de los marinos, los extranjeros y el protector de los fugitivos y refugiados.
La medicina y la curación se asocian a Apolo, ya sea a través del propio dios o por mediación de su hijo Asclepio. Apolo libró a la gente de las epidemias, pero también es un dios que podía traer la mala salud y la plaga mortal con sus flechas. La invención del tiro con arco se atribuye a Apolo y a su hermana Artemisa. Se suele describir a Apolo portando un arco de oro y un carcaj de flechas de plata. La capacidad de Apolo para hacer crecer a los jóvenes es una de las facetas mejor atestiguadas de su personaje de culto panhelénico. Como protector de los jóvenes (kourotrophos), Apolo se ocupa de la salud y la educación de los niños. Presidía su paso a la edad adulta. El pelo largo, que era prerrogativa de los niños, se cortaba al llegar a la edad (ephebeia) y se dedicaba a Apolo.
El dios apolo
DIONYSOS (Dionisio) era el dios olímpico del vino, la vegetación, el placer, la fiesta, la locura y el frenesí salvaje. Se le representaba como un dios mayor y con barba o como un joven afeminado y de pelo largo. Entre sus atributos se encuentran el thyrsos (un bastón con punta de piñón), una copa y una corona de hiedra. Solía ir acompañado de una tropa de sátiros y ménades (devotas salvajes).
Dionisos era hijo de Zeus y de la princesa Sémele de Tebas. Durante su embarazo, Hera, la celosa esposa del dios, engañó a Sémele para que pidiera a Zeus que se presentara ante ella en todo su esplendor. Atado por un juramento, el dios se vio obligado a cumplir y ella fue consumida por el calor de sus rayos. Zeus recuperó a su hijo no nacido de su cuerpo, lo cosió en su propio muslo y lo llevó a término. <<Más>>
Tras su nacimiento del muslo de Zeus, Dionisos fue confiado primero al cuidado de Seilenos (Sileno) y las ninfas del monte Nysa, y más tarde a su tía Ino, hermana de Sémele, y a su marido Athamas. Hera se enfureció cuando se enteró de la ubicación del niño y enloqueció a la pareja, haciendo que mataran tanto a sus hijos como a ellos mismos. <<Más>>
A veces un dios salvaje
En la mitología griega, Apolo y Dionisio son hijos de Zeus. Apolo es el dios del sol, del pensamiento racional y del orden, y apela a la lógica, la prudencia y la pureza. Dionisio es el dios del vino y la danza, de la irracionalidad y el caos, y apela a las emociones y los instintos. Los antiguos griegos no consideraban a los dos dioses como opuestos o rivales, aunque a menudo estaban entrelazados por la naturaleza.
Las yuxtaposiciones apolíneas y dionisíacas aparecen en el juego de la tragedia: el héroe trágico del drama, el protagonista principal, lucha por poner orden (apolíneo) en su injusto y caótico (dionisíaco) destino, aunque muere insatisfecho. Partiendo de la concepción de Hamlet como un intelectual que no puede decidirse, y que es una antítesis viva del hombre de acción, Nietzsche sostiene que una figura dionisíaca posee el conocimiento de que sus acciones no pueden cambiar el equilibrio eterno de las cosas, y eso le repugna lo suficiente como para no actuar en absoluto. Hamlet entra en esta categoría: ha vislumbrado la realidad sobrenatural a través del Fantasma, ha adquirido el verdadero conocimiento y sabe que ninguna acción suya tiene el poder de cambiar esto[7][8] Para el público de este drama, esta tragedia le permite sentir lo que Nietzsche llamó la Unidad Primordial, que revive la naturaleza dionisíaca. Describe la unidad primordial como el aumento de la fuerza, la experiencia de plenitud y de plenitud que otorga el frenesí. El frenesí actúa como una intoxicación y es crucial para la condición fisiológica que permite la creación de cualquier arte[9]. Estimulada por este estado, la voluntad artística de una persona se ve potenciada: