Escultura el secuestro de perséfone

Escultura el secuestro de perséfone

Escultura el secuestro de perséfone en línea

perséfone

Presente tanto en Claudiano (De raptu Proserpine) como en Ovidio (Metamorfosis, V, 385-424), el mito cuenta el rapto de la doncella a orillas del lago Pergusa, en las cercanías de Enna. Enloquecida por el dolor, su madre, la diosa de la cosecha Ceres, provocó una sequía que obligó a Júpiter a interceder ante Plutón para que Prosperpina pudiera volver con ella durante seis meses al año. Bernini representa el momento culminante de la acción. El orgulloso e insensible dios arrastra a Proserpina al Hades, sus músculos están tan tensos en el esfuerzo por sostener el cuerpo que se retuerce que las manos de Plutón se hunden en su carne.

En la ejecución de este tema, Bernini recurrió al virtuosismo de los escultores del periodo manierista. Pero la verdad de la acción -buscada a través del estudio profundo de modelos de la antigüedad-, la fuerza plástica y la intensidad de la expresión de la doncella no se encuentran en obras de la época. Tal libertad creativa fue posible gracias a su absoluto dominio de la técnica, que llevó hasta rozar los límites físicos del mármol.

estatua de proserpina

Una de las obras más sorprendentes de la colección del Olimpo es el fragmento de sarcófago de mármol que representa el Rapto de Proserpina. Sin embargo, es difícil entender esta pieza sin conocer su contexto mitológico y cultural. ¿Quiénes son estos personajes? ¿Cómo podemos entender la imaginería de estas escenas? ¿Por qué se utilizó para el entierro? El estudio del arte funerario como éste puede darnos una idea de cómo pensaban los antiguos romanos sobre la vida, la muerte, la pérdida y el más allá.

Proserpina es el nombre romano de la diosa griega Perséfone. La historia de su secuestro por Hades, dios del inframundo, es su aparición más famosa en el mito. En busca de una esposa, Hades secuestró a la joven Perséfone mientras recogía flores y la arrastró a su reino de los muertos. A cambio, la afligida madre de Perséfone, la diosa de la agricultura Deméter, se negó a dejar que nada creciera en la tierra. Pero antes de que pudiera acabar con la raza humana con la hambruna, los dioses llegaron a un acuerdo. Perséfone podía volver al mundo de los vivos; pero como había comido algunos granos de granada durante su estancia en Hades, debía volver allí con su marido durante una parte de cada año. Así, Perséfone se convirtió en una deidad agrícola, que simbolizaba el ciclo de las estaciones, y en la poderosa reina del inframundo. Ella y Deméter fueron honradas por sus múltiples esferas de influencia en festivales como los Misterios de Eleusis.

plutón y proserpina

El rapto de Proserpina (en italiano: Ratto di Proserpina) es un gran grupo escultórico barroco en mármol del artista italiano Gian Lorenzo Bernini, realizado entre 1621 y 1622. Bernini sólo tenía 23 años cuando se terminó. Representa el rapto de Proserpina, que es apresada y llevada al inframundo por el dios Plutón[1][2] La palabra “Violación” es la traducción tradicional del latín raptus, “apresado” o “llevado”, y no se refiere específicamente a la violencia sexual. [3]

Como muchas de las primeras obras de Bernini, fue encargada por el cardenal Scipione Borghese, posiblemente junto a un retrato del tío de Scipione, el Papa Pablo V (fallecido en 1621). Bernini recibió al menos tres pagos por la estatua, por valor de al menos 450 escudos romanos. La escultura se inició en 1621 y se terminó en 1622. La estatua fue entregada por Escipión al cardenal Ludovisi en 1622, quien la trasladó a su villa. Comprada por el Estado italiano, volvió a la Villa Borghese en 1908[4].

La mayoría de los críticos se han apresurado a elogiar la obra. Rudolf Wittkower señaló: “Las representaciones de estas escenas de violación dependieron de la nueva y dinámica concepción de Bernini durante los siguientes ciento cincuenta años”[5] Howard Hibbard hace comentarios similares, señalando los efectos realistas que Bernini había logrado mediante la talla del mármol duro, como la “textura de la piel, las cuerdas de pelo que vuelan, las lágrimas de Perséfone y, sobre todo, la carne que cede de la muchacha”[6] También se cita habitualmente la elección del incidente para representar la historia: Las manos de Plutón rodean la cintura de Proserpina justo en el momento en que ésta lanza los brazos en un intento de escapar[7]. El propio hijo y biógrafo de Bernini, Domenico, lo calificó de “sorprendente contraste de ternura y crueldad”[8].

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