Museo conventual de las descalzas
Contenidos
monasterio de madrid
Convento de las Descalzas RealesNombre original Español: Monasterio de las Descalzas RealesLocalizaciónMadrid, EspañaCoordenadas40°25′06″N 3°42′22″W / 40.418267°N 3.706192°W / 40.418267; -3.706192Coordenadas: 40°25′06″N 3°42′22″W / 40.418267°N 3.706192°W / 40.418267; -3.706192
El Monasterio de las Descalzas Reales, literalmente “Monasterio de las Descalzas Reales”, reside en el antiguo palacio del emperador Carlos V y la emperatriz Isabel de Portugal. Su hija, Juana de Austria, fundó este convento de monjas de la orden de las clarisas en 1559[1]. Durante el resto del siglo XVI y hasta el siglo XVII, el convento atrajo a jóvenes nobles viudas o solteronas. Cada mujer traía consigo una dote. Las riquezas se acumularon rápidamente y el convento se convirtió en uno de los más ricos de toda Europa. Tomás Luis de Victoria, el mejor compositor renacentista de España, trabajó en el convento desde 1587 hasta el final de su vida en 1611.
La demografía del convento fue cambiando poco a poco con el paso del tiempo y, en el siglo XX, todas las hermanas eran pobres. El convento mantuvo las riquezas de su pasado, pero se le prohibió subastar cualquiera de los objetos o gastar el dinero que recibía de las dotes. El Estado intervino al ver que las hermanas eran pobres, y el Papa concedió una dispensa especial para abrir el convento como museo en 1960[2].
monjas carmelitas de clausura
El patrimonio histórico reunido durante muchos años por este convento es muy interesante. Además, no se ha visto reducido por el paso del tiempo ya que las hermanas siempre prefirieron pasar penurias antes que vender por necesidad su legado artístico. Parte de ese legado se muestra actualmente en cuatro salas situadas en la zona del claustro. A estas salas hay que añadir otra: la propia iglesia del convento dedicada a San José. Al recorrer el museo, el visitante contemplará piezas de gran valor artístico. Destaca un busto de una Dolorosa, en la sala La Tribuna, del artista granadino Pedro de Mena (1628-1688). En la sala de La Soledad está la Virgen de Belem, una de las mejores esculturas del museo y que se ha atribuido a Luisa Roldán, “La Roldana” (¿1652-1704?). También destaca el capítulo pictórico, con cuadros de los siglos XVI al XVIII, de varios pintores, como Antonio Mohedano de la Gutierra, Luca Giordano y el mexicano Antonio de Torres, entre otros.
wikipedia
El Carmelo de Quidenham tiene tres casas de campo que se alquilan para uso individual o doble y las monjas acogen a los visitantes en sus retiros durante el tiempo que deseen. No cobran por alojarse en el convento, sino que sólo piden un donativo que se considere apropiado a la salida. Quidenham está a sólo 20 millas de la ciudad de Norwich o a 45 millas de Cambridge y se llega mejor en coche (aunque los autobuses salen de Norwich dos veces al día de lunes a sábado, no le dejarán directamente en la puerta del convento). Las monjas se encargan de todas las comidas, aunque hay algunos pubs locales (pruebe el Red Lion o el White Horse Inn en la vecina Kenninghall) para comer y cenar.Consejos de viaje para Inglaterra escritos por
monasterio de las descalzas reales
Los sucesores en el Nuevo Testamento del Profeta Elías, que fue testigo del símbolo oracular de la Virgen que iba a traer al Salvador de la humanidad, construyeron el primer santuario en honor de la Santísima Virgen María en el Monte Carmelo al que había subido su precursor del Antiguo Testamento. Como comunidad, pero sin reglas codificadas, pasaron a llamarse “Hermanos de la Santísima Virgen María”. Más tarde, Juan, patriarca de Jerusalén, les proporcionó por primera vez una constitución en el año 400 d.C.
Con el paso de los siglos, las reglas se volvieron inadecuadas y en el siglo XIII, San Alberto, el entonces Patriarca de Jerusalén, proporcionó máximas a San Brocard y a otros ermitaños que habitaron en cuevas hasta que San Berthold construyó el primer monasterio en el Monte Carmelo para seguir la vida coenobija. La persecución sarracena y la posterior migración a Europa hicieron necesario adaptar los cánones. Un inglés, San Simón Stock, fue el instrumento elegido para ello. Con la aprobación de Su Santidad el Papa Inocencio IV, los preceptos modificados proporcionaron a los carmelitas todos los privilegios de una Orden mendicante en 1248.