Museo del prado madrid interior
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La colección cuenta actualmente con unos 8.200 dibujos, 7.600 pinturas, 4.800 grabados y 1.000 esculturas, además de otras muchas obras de arte y documentos históricos. En 2012, el museo exponía unas 1.300 obras en los edificios principales, mientras que unas 3.100 obras estaban en préstamo temporal a diversos museos e instituciones oficiales. El resto estaba almacenado[4].
El edificio que hoy alberga el Museo Nacional del Prado fue diseñado en 1785 por el arquitecto de la Ilustración en España Juan de Villanueva por orden de Carlos III para albergar el Gabinete de Historia Natural. Sin embargo, la función definitiva del edificio no se decidió hasta que el nieto del monarca, Fernando VII, animado por su esposa, la reina María Isabel de Braganza, decidió destinarlo a un nuevo Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pronto pasaría a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura, y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió al público por primera vez en noviembre de 1819. Se creó con el doble objetivo de mostrar las obras de arte pertenecientes a la Corona española y de demostrar al resto de Europa que el arte español tenía el mismo mérito que cualquier otra escuela nacional. Además, este museo necesitó varias reformas durante los siglos XIX y XX, debido al aumento de la colección así como al incremento del público que quería ver toda la colección que albergaba el Museo[6].
Museo del prado qué ver
Historia El Museo del Prado se encuentra en un imponente edificio neoclásico, terminado en 1785 según un diseño del arquitecto Juan de Villanueva. El edificio fue encargado por el rey Carlos III para albergar las colecciones reales de Historia Natural, y transformado en un museo de arte abierto al público por su nieto, el rey Fernando VII, en 1819. El complejo museístico incorporó también las dos únicas alas que quedan del antiguo Palacio del Buen Retiro, diseñado en el siglo XVII por el arquitecto Alonso Carbonell, conocidas como el Casón y el Salón de Reinos.
El nombre original del museo era Museo Nacional de Pintura y Escultura, pero desde su inauguración se le llamó popularmente Museo del Prado por el nombre del lugar donde se encuentra, conocido como Prado de los Jerónimos; con el tiempo, el museo también pasó a llamarse oficialmente Museo del Prado en 1920.
Entre 2001 y 2007, el Prado se sometió a importantes obras de renovación y ampliación, tras un diseño del arquitecto español Rafael Moneo. En 2016, se organizó un concurso internacional de arquitectura para la renovación del ala del Salón de Reinos, en el que el equipo formado por Foster + Partners y Rubio Arquitectura fue finalmente seleccionado como ganador, y está previsto que las obras de construcción in situ comiencen a finales de 2018.
Museo del prado jardín de las delicias
En la actualidad, la colección comprende unos 8.200 dibujos, 7.600 pinturas, 4.800 grabados y 1.000 esculturas, además de otras muchas obras de arte y documentos históricos. En 2012, el museo exponía unas 1.300 obras en los edificios principales, mientras que unas 3.100 obras estaban en préstamo temporal a diversos museos e instituciones oficiales. El resto estaba almacenado[4].
El edificio que hoy alberga el Museo Nacional del Prado fue diseñado en 1785 por el arquitecto de la Ilustración en España Juan de Villanueva por orden de Carlos III para albergar el Gabinete de Historia Natural. Sin embargo, la función definitiva del edificio no se decidió hasta que el nieto del monarca, Fernando VII, animado por su esposa, la reina María Isabel de Braganza, decidió destinarlo a un nuevo Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pronto pasaría a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura, y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió al público por primera vez en noviembre de 1819. Se creó con el doble objetivo de mostrar las obras de arte pertenecientes a la Corona española y de demostrar al resto de Europa que el arte español tenía el mismo mérito que cualquier otra escuela nacional. Además, este museo necesitó varias reformas durante los siglos XIX y XX, debido al aumento de la colección así como al incremento del público que quería ver toda la colección que albergaba el Museo[6].
Entradas al museo del prado
Bienvenido al Museo del Prado, una institución con casi 200 años de antigüedad y cuyos orígenes y singularidad se deben en gran medida al gusto coleccionista de los monarcas españoles de los siglos XVI y XVII. El coleccionismo de aquella época era diferente al actual. En lugar de buscar la exhaustividad, los coleccionistas pretendían reunir el mayor número posible de obras de sus artistas favoritos. Esto explica por qué el Prado ha sido descrito como un museo de pintores y no de cuadros, dado que sus artistas están representados de manera superlativa con, por ejemplo, los mayores fondos de El Bosco, Tiziano, El Greco, Rubens, Velázquez y Goya, algunos de los cuales superan las 100 obras. Este tipo de coleccionismo instintivo también dio lugar a lagunas y explica que algunos periodos estén menos representados que otros, ya sea porque no interesaban, por ejemplo los primitivos italianos, o por razones históricas, como ocurre con la pintura holandesa del siglo XVII.
La llegada de los Borbones a principios del siglo XVIII propició el empleo de pintores franceses, iniciando un nuevo siglo dominado por artistas no españoles. A los franceses les siguieron los italianos, y en el tercer cuarto del siglo Madrid fue escenario de una de las rivalidades artísticas más fascinantes de Europa cuando Carlos III contrató a dos artistas con formas totalmente opuestas de entender y practicar la pintura: el veneciano Giovanni Battista Tiepolo, brillante descendiente de la gran tradición del arte, y el bohemio formado en Roma, Anton Rafael Mengs, heraldo del neoclasicismo. Sólo con Goya, a finales de siglo, un pintor español volvió a dominar la escena de la corte.