Museo del romanticismo cafeteria

Museo del romanticismo cafeteria

Museo de la historia de madrid

Para dar un toque de elegante grandeza, reúnase con su interés romántico frente a Le Petit Palais, el Museo de Arte de la Ciudad de París, donde su reluciente fachada ya marcará el tono de su elegante cita. Situado con vistas a un opulento y frondoso patio, es uno de los cafés de museo más atractivos de París. Si la cosa va bien, puede sugerirle que prolongue su cita recorriendo las colecciones del museo, que van desde estatuas romanas hasta grandes obras del impresionismo (¡y es gratis!).

Este encantador local es una gran opción para vivir una experiencia de café clásica sin tener que hipotecarse para pagar dos cafés como en la mayoría de los cafés históricos. Con una sencilla decoración de la vieja escuela, con mesas y sillas de madera de bistró, una hermosa escalera de caracol de hierro, un maravilloso solárium y una terraza con vistas a una de las calles más seductoras de París (Rue des Barres), su petit café o petit Chablis será entregado por un camarero con delantal que le dejará tranquilo, al estilo parisino, para que pueda tomarse su tiempo mirando a los ojos de su chéri/e desde el otro lado de la mesa. Después, continúe el romance paseando por la Rue des Barres y por las tranquilas calles del bajo Marais.

  Museo nacional de historia (bulgaria)

Museo de américa

El salón de té está decorado en homenaje a la época romántica, con antiguos espejos y paneles dorados en las paredes, lámparas de araña y suelos de madera estampada. El menú incluye una amplia selección de tés y cafés, así como pasteles, sándwiches y tostadas. Mientras estuve allí, disfruté del té pakistaní -un suave té negro con infusión de clavo, cardamomo, vainilla y canela-, así como de un trozo de tarta de zanahoria con un dulce glaseado de naranja.

Desde el salón de té se puede acceder al pequeño e íntimo jardín. En un lado hay una fuente rodeada de unos cuantos bancos, que recuerda ligeramente a un patio interior andaluz, mientras que en el otro lado hay unas pequeñas mesas que evocan la imagen de un café francés. Cuando el tiempo es cálido, las mesas exteriores a la sombra son muy populares.

Situado en el barrio madrileño de Chueca, el Museo del Romanticismo está dedicado al movimiento cultural europeo de principios del siglo XIX y muestra pinturas, muebles y objetos decorativos de la época. Sin embargo, no es necesario visitar el museo para acudir al salón de té. Al igual que la tienda de regalos del museo, su visita es gratuita.

Museo del prado

DescripciónInformaciónEl antiguo palacio del marqués de Matallana, construido en 1776, alberga una fascinante colección de pintura, mobiliario y arte decorativo del siglo XIX que recoge la esencia de la vida cultural, política y cotidiana del Madrid de la época.

  Museo del chocolate villajoiosa

Uno de los espacios más mágicos de este singular museo es el Jardín de las Magnolias, ajardinado al estilo del modelo francés del siglo XVIII, organizado en cuatro avenidas separadas por parterres de distinto tamaño, con una fuente circular en la intersección. En cada uno de los parterres hay un árbol diferente, entre ellos una magnolia, que da nombre al jardín. Aquí se encuentra el Café del Jardín del Museo, donde se puede disfrutar de un café y una gran variedad de pasteles caseros.

El Museo dispone de una entrada especial para facilitar el acceso a personas con movilidad reducida (en silla de ruedas), situada en la calle Beneficiencia, 14. También dispone de un ascensor con capacidad para una silla de ruedas y el recorrido de la exposición se puede realizar en condiciones normales, ya que todas las salas tienen la anchura necesaria.

Museos en madrid

El antiguo palacio del Marqués de Matallana, construido en 1776, alberga una fascinante colección de pintura, mobiliario y arte decorativo del siglo XIX que recoge la esencia de la vida cultural, política y cotidiana del Madrid de la época.

Uno de los espacios más mágicos de este singular museo es el Jardín de las Magnolias, ajardinado al estilo del modelo francés del siglo XVIII, organizado en cuatro avenidas separadas por parterres de distinto tamaño, con una fuente circular en la intersección. En cada uno de los parterres hay un árbol diferente, entre ellos una magnolia, que da nombre al jardín. Aquí se encuentra el Café del Jardín del Museo, donde se puede disfrutar de un café y una gran variedad de pasteles caseros.

  Museo del prado van der weyden

El Museo dispone de una entrada especial para facilitar el acceso a personas con movilidad reducida (en silla de ruedas), situada en la calle Beneficiencia, 14. También dispone de un ascensor con capacidad para una silla de ruedas y el recorrido de la exposición se puede realizar en condiciones normales, ya que todas las salas tienen la anchura necesaria.