Del teatro antiguo al contemporaneo

El teatro medieval

Muchas fuentes afirman que los griegos inventaron el teatro moderno y que el teatro griego helénico ha moldeado la forma en que experimentamos el arte, el teatro y el entretenimiento en la actualidad. Este artículo pretende destacar la influencia del teatro griego antiguo en la cultura teatral contemporánea. El teatro griego se introdujo en Atenas en el año 534 a.C., y se originó como festivales de adoración a los dioses. La palabra teatro procede del verbo griego “ver”. Hay restos de muchos teatros antiguos repartidos por toda Grecia, el más famoso de los cuales es el Odeón de Heodes Ático, situado en la Acrópolis de Atenas, que es visitado por miles de turistas diariamente. Aún hoy se representan allí algunos espectáculos teatrales modernos.

La palabra “teatro”, que describe el edificio teatral, procede del griego theatron. Aunque asociamos muchas características de los teatros modernos con sus homólogos griegos, muchas características de los teatros de la época helénica eran muy diferentes.

El teatro era siempre un espacio al aire libre compuesto por tres secciones distintas: la escena (nuestro escenario moderno), la orquesta y el público. Los antiguos teatros helénicos eran mucho más grandes que los de la época contemporánea, y algunos tenían capacidad para más de 14.000 espectadores. La estructura de la zona del público era siempre de asientos circulares escalonados que se elevaban cada vez más para que los que estaban al fondo del público pudieran ver la acción en la skene. Esto se llamaba anfiteatro, una estructura que permitía una excelente acústica que permitía a los que estaban al fondo escuchar la acción con claridad.

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El renacimiento de la dramaturgia antigua es una aventura que comenzó en Europa durante el Renacimiento. La antigüedad griega y romana ofrece un modelo de pensamiento y arte, una propuesta de armonía, equilibrio e inspiración. Los seres humanos se convierten en el centro de atención mientras se hace hincapié en el teatro clásico. En Grecia, su resurgimiento está relacionado con los primeros pasos del recién fundado estado independiente y la necesidad de asociarse con la historia del país.

En Grecia, su resurgimiento está relacionado con los primeros pasos del recién fundado estado independiente y la necesidad de asociarse con la historia del país. Desde la primera representación profesional en 1867 en el Odeión de Herodes Ático en Atenas, el renacimiento de las representaciones de teatro antiguo en nuestro país completa casi 1 ½ siglo. Durante este periodo, sólo en Grecia se han representado más de 900 funciones de teatro antiguo.

El tiempo, el lugar, el motivo, el modo, las causas, las personas pueden cambiar, sin embargo, las cuestiones que preocupan a los humanos siguen siendo comunes y el discurso de los poetas clásicos suena siempre actual. Los significados de las obras, con su amplitud y riqueza, se convierten en hilos conductores de diferentes enfoques e interpretaciones.

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El siglo XX marcó un cambio drástico en la forma de percibir y llevar a cabo la performance; de ser un acto representativo basado en el texto, pasó a ser una realidad autosuficiente, donde las emociones y las ideas se transmitían a través de elementos metatextuales, como la voz, los movimientos corporales y la respiración. Este cambio, que permitió la evolución de la performance como forma de arte visual, independiente de sus progenitores teatrales, tiene sus raíces en la nostalgia por los orígenes del teatro y el interés por los rituales antiguos y primitivos.

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El interés por el ritual es una idea romántica que comenzó a popularizarse en el siglo XIX, evolucionando hacia una investigación profunda y un intento de introducir algunos de sus elementos en las prácticas artísticas contemporáneas, durante el siglo XX.

El teatro surgió en diferentes sociedades del mundo a partir del mito y el ritual, la narración, la imitación y la fantasía[1] En Occidente, los orígenes del teatro suelen situarse en los rituales y mitos de la antigua Grecia.

Según la Poética de Aristóteles, el teatro tiene sus raíces en los rituales paganos en honor al dios Dionisio en Grecia. En estos rituales no había ninguna forma de representación, aparte del coro, que se vestía de sátiro,[2] es decir, mitad hombres mitad cabras. En una de estas fiestas, el protagonista del coro -el korifeos- salió del círculo del coro e inició un diálogo espontáneo con los sátiros. Estos respondieron cantando y así nació el teatro; poco a poco, sumando argumento, escenografía, vestuario, personajes, evolucionó hasta su forma clásica.

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Los primeros esfuerzos para las producciones escénicas del drama griego antiguo, y de la tragedia principalmente, comienzan durante el Siglo de las Luces, cuando Grecia aún no es una nación independiente.    Están relacionados con los esfuerzos de formación de una conciencia nacional y de retorno a la herencia ancestral (Branchfeld 1962: 341-349). Con la creación de una nación griega independiente en 1830, se producen con más frecuencia dramas antiguos, siempre asociados a las exigencias lingüísticas e ideológicas de la época.    Un hito en las producciones del siglo XIX es la interpretación escénica de Edipo Rey por Mounet Sully y la Comédie Française en el Teatro Público de Atenas el 28 de septiembre de 1899.    Por primera vez queda claro entonces que el drama griego antiguo no es sólo filología que debe ser abordada e interpretada correctamente sobre la base de un conjunto de reglas gramaticales y sintácticas, como solía ser hasta ese período, sino una compleja creación artística comprometida a través de una comunicación absolutamente estética entre el público y la totalidad del espectáculo escénico.    Además, dos de los principales directores de escena de esa época marcan el rumbo del teatro griego con su esfuerzo y su brillante trabajo: son Konstantinos Christomanos y Thomas Oikonomou.