Pintoras en el museo del prado

Pintoras en el museo del prado

Saturno devorando a su hijo

El Museo del Prado celebra su bicentenario en 2019 con un amplio programa de exposiciones y actividades. Es algo merecido: en sus 200 años de existencia el museo se ha convertido en una de las pinacotecas más importantes del mundo. El 19 de noviembre de 1819 se inauguró en Madrid el Real Museo de Pintura y Escultura, con 311 cuadros de la Colección Real, todos ellos de artistas españoles. Dos siglos después, ya conocido como Museo del Prado, su colección se ha multiplicado hasta incluir muchas obras de arte emblemáticas, y su fama ha traspasado las fronteras nacionales, convirtiéndose en un referente mundial.

Estas razones son más que suficientes para celebrar el 200 aniversario del Museo del Prado en 2019. Se han programado un centenar de actividades, entre exposiciones, talleres, conferencias, ciclos de cine, seminarios, espectáculos y conciertos, jornadas de puertas abiertas… Todo un lujo para cualquier amante del arte.

La historia y la evolución del propio museo serán el eje de dos exposiciones del bicentenario: “Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria” y “Prado 200”. Artistas de la talla de Velázquez, Rembrandt, Goya, Fra Angelico y Giacometti también estarán presentes en algunas de las exposiciones temporales previstas. Las exposiciones “Giacometti en el Prado”, “Fra Angelico y el surgimiento del Renacimiento florentino”, “Velázquez, Rembrandt, Vermeer. Visiones paralelas”, “Solo la voluntad me sobra. Dibujos de Goya”, “Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana”, y “El salón de retiro de sus majestades” son algunos de los actos destacados de esta temporada conmemorativa.

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La maja desnuda

Con la ayuda de Kat Widing, especialista junior del Departamento de Posguerra y Contemporáneo de Christie’s, BAZAAR.com recorre la historia para seleccionar 20 mujeres artistas que han cambiado el mundo del arte para siempre.

Completamente autodidacta, Élisabeth Louise Vigée Le Brun se convirtió en artista a pesar de los grandes obstáculos (como cualquier mujer en el París de finales del siglo XVIII) y estuvo en activo durante algunos de los momentos más turbulentos de la historia europea. Con la intervención de María Antonieta, fue admitida en la Academia Francesa a la joven edad de 28 años como una de las cuatro únicas mujeres miembros. Vigée Le Brun fue especialmente alabada por sus simpáticos retratos de mujeres aristocráticas, considerados más naturales que los de sus contemporáneos. Obligada a huir de París durante la Revolución, la artista viajó por toda Europa, obteniendo impresionantes encargos en Florencia, Nápoles, Viena, San Petersburgo y Berlín, antes de regresar a Francia una vez resuelto el conflicto.Imagen: Élisabeth Louise Vigée Le Brun, Autorretrato con sombrero de paja (1782).

Wikipedia

Es un cuadro extraño: una niña prepúber desnuda descansa sobre una suntuosa almohada de terciopelo verde, con el pelo despeinado y atado con un sedoso lazo rosa. A pesar de los juguetes de los niños que están cerca, la sonrisa complaciente de la niña y su pose provocativa la ponen a la altura de las odaliscas más escandalosas de su época. Titulada sugestivamente “Crisálida”, la obra fue pintada por Pedro Sáenz Sáenz en 1897. Ganó el segundo premio en la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese año -el evento artístico más prestigioso de España- y fue adquirida por el Estado. La obra encarna la inquietante visión que los artistas masculinos y la sociedad tuvieron de la mujer española durante gran parte de los siglos XIX y XX: pasiva, infantil y fácilmente sexualizada. En otras palabras, necesitadas de la guía, la influencia y el control de los hombres.

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Este cuadro se expone en Invitados no invitados: Episodios sobre la mujer, la ideología y las artes visuales en España, 1833-1931. Después de un paréntesis de seis meses en la programación, el Museo Nacional del Prado hace una larga y dura revisión del sexismo en España durante este periodo, y del papel esencial del propio museo en su perpetuación. En sus 101 años de historia, el Prado solo ha celebrado dos grandes exposiciones dedicadas a mujeres artistas -en 2016, de la pintora holandesa del siglo XVII Clara Peeters, y en 2019, de las pintoras italianas del Renacimiento Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana-, un descuido que el museo se esfuerza ahora por cambiar.

Museo nacional del prado

Situado en la calle del mismo nombre, el Paseo del Prado, su deslumbrante muestra de obras de los grandes maestros europeos como Velázquez, Goya, Rafael, Rubens y El Bosco (entre otros grandes artistas italianos y flamencos), se encuentra en un edificio neoclásico del siglo XVIII que se inauguró como museo en 1819.

Su nombre deriva del barrio en el que se encuentra, antiguamente una zona de huertas conocida como el “prado”. La reina española de la época había quedado impresionada por el Louvre de París y quería exhibir una enorme colección en su propio país. El resultado son varios miles de obras en la actualidad, con una reciente y moderna ampliación que permite exponer más.

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La magnitud de la colección puede resultar desalentadora, por lo que es importante llegar con algunas de las obras más destacadas en mente y concentrarse en ellas. Quizá el cuadro más famoso de la colección sea “Las Meninas” de Velázquez, que muestra a la princesa Margarita y sus dos damas de compañía, así como al propio artista con el pincel y la paleta en la mano. Otra de sus obras famosas, “El triunfo de Baco”, muestra al dios del vino con un grupo de borrachos.