Peine del viento san sebastian
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eduardo chillida
Lo ves desde lejos y no parece decir nada. Pero una vez que te acercas, puedes sentir de repente el viento, el agua, las rocas y el hierro unidos en una combinación simbiótica. Deja que el viento te despeine y pasa un rato sentado en este lugar casi mágico.Tienes que llegar caminando, San Sebastián es la ciudad ideal para pasear y disfrutar de sus contrastes: colores, playas, edificios, comida y paisajes.
La bella San Sebastián está hecha para caminar. Caminas y descubres tantos rincones increíbles que no te das cuenta de que has caminado kilómetros.Al alejarte de la ciudad por la bahía de la Concha, contra la ladera de Igueldo, termina la playa de Ondarreta. Es aquí, bajo un espectacular malecón constantemente empujado por el mar, donde “el viento se peina solo”. Así lo imaginó el genial artista Eduardo Chillida en 1976 cuando bautizó una de sus piezas más importantes y famosas: El Peine del Viento.Es una maravilla en un lugar mágico, un símbolo
Es maravilloso, espectacular e incomparable. No hay adjetivos para describir este hermoso lugar. Ofrece unas vistas maravillosas de la hermosa perla del Cantábrico (San Sebastián).Es un lugar especial para reconectar con uno mismo, para encontrar la paz, pensar y relajarse mientras se escucha el susurro del mar entre los hierros de la escultura más famosa de Eduardo Chillida.Es una imagen que todo viajero tiene que tener. Es un lugar único.
peine san sebastián
El Peine del Viento -un conjunto de tres esculturas diseñadas por Eduardo Chillida e instaladas en el extremo occidental de la Playa de Ondarreta- se ha convertido en un gran símbolo de San Sebastián. La pieza se utiliza habitualmente para promocionar el turismo en la zona, como si fuera un logotipo de acero anclado en la roca. Es una experiencia conmovedora observar cómo el mar juega con las formas creadas por el artista vasco. Las esculturas están tranquilas cuando el mar está en calma, pero cuando las olas se levantan las formas metálicas cobran vida en una especie de coreografía en la que la naturaleza se une al arte.
Los días en que las olas chocan violentamente contra las rocas, es como si el viento fuera “peinado” por las formas metálicas. De ahí el nombre que Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) dio a este conjunto de esculturas. La obra se completa con varios agujeros en el suelo que permiten que las olas pasen por debajo de la pasarela antes de salir disparadas hacia el cielo en rugientes chorros. Tenga cuidado de no acercarse demasiado a la escultura en días de mucho viento: no es raro ver chorros de agua de más de siete metros de altura. En días así, la escena es espectacular y es de esperar que el lugar esté muy concurrido.
peine del viento
El Peine del Viento es un conjunto de tres esculturas de acero de más de nueve toneladas cada una. Estas piezas se han colocado en el lugar donde acaba la ciudad y empieza el mar, donde las olas abrazan los escarpados del Monte Igeldo. Eduardo Chillida ancló las tres esculturas a las rocas para que el viento entrante las “peine” continuamente en la bahía de La Concha.
Este es un lugar en el que el viento y el mar laten juntos, azotando las rocas con una sensación de abandono. La naturaleza y el arte se funden y parecen uno solo, y la colocación de las piezas escultóricas hace que parezcan emerger de las propias rocas, casi como si formaran parte de ellas.
Cuando el mar está en su momento más tempestuoso, El Peine del Viento se convierte en una representación única con las olas bailando entre las púas de la escultura, desafiando la fuerza del acero al sonido del viento silbante y creando un espectáculo sin igual. Además de deleitarse observando cómo las tres esculturas aguantan el continuo martilleo de las olas, podrá jugar con el viento y el mar, viendo cómo las olas suben y bajan y vuelven a subir traviesamente como un géiser por los agujeros de la plaza. Pero ten cuidado: no te distraigas, o acabarás convirtiéndote en su objetivo. En los días más tormentosos, la policía puede acordonar la zona por motivos de seguridad. Tenga en cuenta las señales.
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Lo ves desde lejos y no parece decir nada. Pero una vez que estás más cerca, puedes sentir de repente el viento, el agua, las rocas y el hierro unidos en una combinación simbiótica. Deja que el viento te despeine y pasa un rato sentado en este lugar casi mágico.Tienes que llegar caminando, San Sebastián es la ciudad ideal para pasear y disfrutar de sus contrastes: colores, playas, edificios, comida y paisajes.
La bella San Sebastián está hecha para caminar. Caminas y descubres tantos rincones increíbles que no te das cuenta de que has caminado kilómetros.Al alejarte de la ciudad por la bahía de la Concha, contra la ladera de Igueldo, termina la playa de Ondarreta. Es aquí, bajo un espectacular malecón constantemente empujado por el mar, donde “el viento se peina solo”. Así lo imaginó el genial artista Eduardo Chillida en 1976 cuando bautizó una de sus piezas más importantes y famosas: El Peine del Viento.Es una maravilla en un lugar mágico, un símbolo
Es maravilloso, espectacular e incomparable. No hay adjetivos para describir este hermoso lugar. Ofrece unas vistas maravillosas de la hermosa perla del Cantábrico (San Sebastián).Es un lugar especial para reconectar con uno mismo, para encontrar la paz, pensar y relajarse mientras se escucha el susurro del mar entre los hierros de la escultura más famosa de Eduardo Chillida.Es una imagen que todo viajero tiene que tener. Es un lugar único.