Escultura rococo en españa
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El rococó portugués
Rococó (/rəˈkoʊkoʊ/, también US: /ˌroʊkəˈkoʊ/), menos comúnmente rococó o barroco tardío, es un estilo arquitectónico, artístico y decorativo excepcionalmente ornamental y teatral que combina la asimetría, las curvas en espiral, el dorado, los colores blancos y pastel, las molduras esculpidas y los frescos en trompe-l’œil para crear sorpresa y la ilusión de movimiento y dramatismo. A menudo se describe como la expresión final del movimiento barroco[1].
La palabra rococó se utilizó por primera vez como una variación humorística de la palabra rocaille.[6][7] La rocaille era originalmente un método de decoración, con guijarros, conchas marinas y cemento, que se utilizaba a menudo para decorar grutas y fuentes desde el Renacimiento.[8][9] A finales del siglo XVII y principios del XVIII, la rocaille se convirtió en el término para un tipo de motivo decorativo u ornamento que apareció a finales del estilo Luis XIV, en forma de concha marina entrelazada con hojas de acanto. En 1736, el diseñador y joyero Jean Mondon publicó el Premier Livre de forme rocquaille et cartel, una colección de diseños para adornos de muebles y decoración de interiores. Fue la primera vez que apareció el término “rocaille” para designar el estilo[10] El motivo de la concha marina tallada o moldeada se combinaba con hojas de palmera o vides retorcidas para decorar portales, muebles, paneles de pared y otros elementos arquitectónicos[11].
La cultura rococó
Son muchos los que creen que el rococó es al barroco lo que el manierismo al renacimiento. El rococó suele considerarse la culminación del barroco. Sin embargo, es mucho más que eso. Debemos ampliar el rococó como un estilo independiente y personal.
A diferencia del Barroco, el Rococó no se preocupa por las cuestiones religiosas, es un arte eminentemente aristocrático, un arte para la clase media alta aficionada a un estilo de moda, íntimo y delicado. La sociedad ama la libertad, el buen gusto y el placer. La élite artística e intelectual se reunía en salones a cuya cabeza se encontraban mujeres tan importantes como madame Pompadur.
El rococó nace y se circunscribe inicialmente a Francia, aunque posteriormente muchos de sus rasgos influyen en toda Europa. El movimiento seguirá desarrollándose hasta la llegada del Neoclasicismo, que intentó volver al purismo del mundo clásico antiguo.
El término rococó proviene de las palabras: rocaille (piedras pequeñas) y coquille (concha). Las pequeñas piedras tenían una gran importancia a la hora de adornar grandes lienzos de paredes e interiores. También se utilizaban mucho las conchas de formas irregulares y asimétricas. Así se genera un rito de curvas en un sentido y en otro que se reconocerá no sólo en la arquitectura, sino también en la pintura, la escultura y las artes decorativas de este periodo.
La moda del periodo rococó
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En el siglo XVIII, el Barroco español avanzaba hacia un estilo más ornamentado. La escultura, la pintura y la talla se mezclan con la arquitectura, a veces para favorecer los esquemas arquitectónicos clásicos que siguen vigentes en plantas y alzados. Frente al exterior, generalmente austero, se crean interiores vibrantes. Este barroco tardío que emplea profusamente motivos ornamentales como la hoja de acanto, de raíces clásicas, comienza a empaparse en la década de 1730 de la influencia del rococó francés, ejemplificada principalmente en la difusión de un nuevo motivo decorativo: la rocaille, consistente en complicados conjuntos de …
El Palacio del Marqués de Dos Aguas es un palacio de la nobleza rococó, históricamente importante en la ciudad, está situado en uno de los lugares más céntricos de la ciudad de Valencia, mansión señorial que fue de los Marqueses de Dos Aguas, actualmente propiedad del Estado Español, donde se encuentra el Museo Nacional de Cerámica y Artes Decorativas González Martí. Un noble caballero, Don Francisco Perellos, descendiente de los condes de Tolosa, se casó a principios del siglo XV con Juana Perellos, hija única del acaudalado mosén Gines de Rabassa, los descendientes de este matrimonio tomaron el apellido de Rabass…
Muebles rococó
En el siglo XVIII, el barroco español avanza hacia un estilo más ornamentado. La escultura, la pintura y la talla se mezclan con la arquitectura, a veces para favorecer los esquemas arquitectónicos clásicos que siguen vigentes en pisos y alzados. Frente al exterior, generalmente austero, se crean interiores vibrantes. Este barroco tardío que emplea profusamente motivos ornamentales como la hoja de acanto, de raíces clásicas, comienza a empaparse en la década de 1730 de la influencia del rococó francés, ejemplificada principalmente en la difusión de un nuevo motivo decorativo: la rocaille, consistente en complicados conjuntos de “C” y “S” que generan formas asimétricas y recuerdan también a formas marinas. La rocaille se dio a conocer en España por tres vías principales: la difusión a través de los libros de patrones, la importación de muebles y otras artes decorativas desde Europa y su traída directa de la mano de arquitectos extranjeros, caso del portugués Cayetano de Acosta.
Así, para el caso español es difícil hablar de la existencia de un rococó puro sino, más bien, de un barroco tardío que toma prestados elementos del rococó francés. La denominación genérica de rococó para el arte español del siglo XVIII se debe a una tendencia anticuada a considerar el rococó como la evolución lógica del barroco. Hay que tener en cuenta que este estilo nació en Francia, donde el arte del siglo anterior, conocido como Grand Siécle era sustancialmente diferente al caso español, por su carácter más clasicista. Por lo tanto, el estilo nace más como reacción que como evolución del francés del siglo XVII. Además, el rococó es un arte eminentemente burgués y laico, difícil de conciliar con el arte religioso, el más abundante del barroco español. Esta tradicional confusión terminológica ha contribuido a la presencia en el XVIII español de arquitectos italianos y de soluciones aportadas del Barroco italiano (más movido en el terreno), pero fuera del Rococó pero confundido con él.