Susana y los viejos museo del prado
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El historiador Denis Mahon ha demostrado magistralmente que este cuadro y otras dos obras famosas de Guercino -Lot y sus hijas (Monasterio de El Escorial, Madrid) y El regreso del hijo pródigo (Galería Sabauda, Turín-) fueron pintados para el cardenal Alessandro Ludovisi en 1617 y 1618, mientras el artista se encontraba en Bolonia.
Según el Antiguo Testamento (Daniel:13), Arquian y Sedechia eran dos jueces ancianos que visitaban regularmente la casa de un hombre rico llamado Joaquín para discutir ciertos casos. Un día caluroso, la esposa de Joaquín, Susana, se bañaba en una de las fuentes de su casa sin darse cuenta de que los ancianos la observaban desde un escondite. Hacía tiempo que la deseaban, y en esta ocasión intentaron molestarla. Después de que Susana se resistiera a ellos, la acusaron de adulterio. El juez Daniel demostró su inocencia y los dos ancianos fueron condenados a muerte. Esta leyenda fue una de las favoritas de los artistas de los siglos XVI y XVII, ya que les ofrecía la oportunidad de representar una escena cargada de erotismo y de mostrar sus habilidades para representar desnudos.
jacopo tintoretto, susana y los ancianos, c. 1555
El episodio bíblico del encuentro de Susana con dos ancianos fue un tema popular entre los artistas italianos del siglo XVII. La historia de cómo dos ancianos abordan y acusan falsamente a la bella y joven mujer de Babilonia -nombre de la palabra egipcia que significa “flor de loto”, símbolo de pureza- fue representada por varios pintores.
A Artemisia Gentileschi (Roma, 1593-Nápoles, 1653), por ejemplo, se le atribuyen al menos tres cuadros sobre este tema, que supuestamente realizó entre 1610 y 1649. Algunos críticos afirman que se sintió atraída por la historia también porque resonaba con hechos de su propia vida, marcada por una complicada relación con su padre Orazio, y por su violación por el pintor Agostino Tassi en 1611.
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Los pintores venecianos del siglo XVI utilizaron con frecuencia esta historia, ya que les permitía representar el tema preferido de sus clientes -el desnudo femenino- utilizando el vehículo de un episodio bíblico. El enfrentamiento entre Susana y los ancianos es el momento psicológicamente más interesante de la narración (Daniel 13, 15-27). La carne pálida y desnuda de Susana transmite una fuerte sensación de fragilidad, acentuada por los gestos y las poses amenazantes de los Ancianos, que contrastan con su intento de cubrir su cuerpo desnudo y acentúan así la idea de su vulnerabilidad sexual ante la mirada del espectador. El lienzo fue adquirido por Velázquez en Venecia.
Martínez Leiva, Gloria; Rodríguez Rebollo, Ángel, El inventario del Alcázar de Madrid de 1666. Felipe IV y su colección artística, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 2015, pp. 580 nº 888.
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Los museos de arte se enfrentan hoy al reto de abrirse como instituciones a una sociedad cambiante. Esta publicación ofrece nuevas perspectivas sobre las tendencias museológicas que se están desarrollando en diversos países y culturas. A través de tipologías museísticas cada vez más flexibles, inclusivas e inesperadas, las instituciones pretenden ofrecer a sus visitantes un mayor acceso al arte.
Los ensayos definen el papel del museo como medio de cambio social, como protagonista de un proceso educativo y como plataforma tecnológicamente innovadora. Los historiadores del arte, pero también los profesionales del mundo de los museos -incluidos conservadores, arquitectos y psicólogos- examinan lo que se espera de los museos de arte mediante estudios de casos y con el trasfondo de las humanidades y las ciencias sociales.