Virgen con velo museo del prado
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virgen velada
La Virgen Velada es una estatua de mármol de Carrara tallada en Roma por el escultor italiano Giovanni Strazza (1818-1875),[1] que representa el busto de una Virgen María con velo. Se desconoce la fecha exacta de finalización de la estatua, pero probablemente fue a principios de la década de 1850[cita requerida].
La estatua fue transportada a Terranova en 1856, según consta el 4 de diciembre en el diario del obispo John Thomas Mullock: “Recibí sana y salva de Roma, una hermosa estatua de la Santísima Virgen María en mármol, por Strazza. El rostro está velado, y la figura y los rasgos se ven en su totalidad. Es una joya de arte perfecta”.
La Virgen Velada se conservó en el Palacio Episcopal, junto a la catedral católica romana de St. John’s, hasta 1862, cuando el obispo Mullock la regaló a la madre María Magdalena O’Shaughnessy, superiora del convento de la Presentación. Desde entonces, el busto ha permanecido bajo el cuidado de las Hermanas de la Presentación, en Cathedral Square, St.
cristo velado
“Todo el mundo sabe que este arte es también muy respetado en nuestros tiempos, pues no existe ninguna iglesia sin la decoración de alguna pintura noble que honre a Dios o a los santos. No se puede hacer mayor elogio de la pintura que decir que el propio Cristo la utilizó: hizo un retrato de su propio rostro en el velo de la virgen Santa Verónica y dejó una imagen de todo su cuerpo, por delante y por detrás, en un sudario que ahora posee Su Alteza Serenísima el Duque de Saboya. Todo el mundo sabe que San Lucas fue pintor y grabador, ejecutando, en ambas artes, muchas obras…”
Virgen con velo museo del prado 2021
la verdad velada
Se trata de uno de los cuadros más característicos y conocidos de Morales, tanto por su calidad técnica, su formato doméstico y su tema aparentemente tierno y entrañable, como por ser una de las obras del pintor que se han expuesto ininterrumpidamente desde su entrada en el Prado. Entró en los fondos del Museo en 1916, después de que el Real Patronato aceptara el extraordinario legado artístico de uno de sus miembros más activos y generosos, Pablo Bosch y Barrau (1862-1915), financiero y coleccionista barcelonés. El Bosch había adquirido la tabla a los herederos de un diácono de Ávila, y cuando se colgó en la casa madrileña del financiero catalán, llamó la atención por su delicadeza y calidad.
No se conoce la procedencia original del cuadro, pero es una obra muy cuidada, y se cree que fue encargada por algún personaje importante que quería una de las composiciones más repetidas de Morales, como indica el gran número de versiones conocidas. La mayoría de ellas tienen un formato más pequeño centrado en las figuras de medio cuerpo de María y el Niño Jesús. Esta versión, en cambio, muestra una Virgen de tres cuartos más desarrollada, que aparece sentada con el Niño en brazos. Ella lo contempla ensimismada, con la cabeza inclinada hacia su derecha, donde el Niño, de espaldas al espectador, levanta la cabeza a su vez hacia su madre, buscando su pecho con la mano después de utilizar la otra para levantar parte del fino velo que lleva. El movimiento de las piernas del niño subraya su inquietud en contraste con el reposo de la madre protectora, cuyas grandes manos se extienden sobre la tela en la que está envuelto el cuerpo de Jesús.