Muchacha asomada a la ventana dali

Poema de una mujer joven ante una ventana

Gran parte de la evidencia que nos ayuda a concluir su ubicación es el pequeño reflejo en la ventana abierta, que muestra el mismo estilo de arquitectura que se encontraría en Cadaqués, tanto entonces como ahora.

Lo que se sabe del cuadro es que la vista habría sido espectacular y de gran importancia para Dalí. También aparecería en otros cuadros de su carrera, marcando su prominencia en sus recuerdos de juventud.

Dalí era más conocido por sus espectaculares y coloridas obras de surrealismo, pero este cuadro parece estar más en la línea del realismo clásico. Tenemos a la mujer de pelo oscuro que está de pie, apoyada en la ventana abierta, mirando hacia una hermosa y pintoresca bahía.

Para el observador, el foco de atención del cuadro Mujer joven en una ventana no es lo que se ve a través de la ventana abierta, sino la mujer, cuyo rostro no se ve. Lo que también hace que este cuadro sea más auténtico y real, es que la mujer era la hermana menor de Dalí, Ana María.

Su odio hacia ella también le llevó a un acto de venganza cuando pintó una versión similar a la Persona en la ventana, que llamó “Joven virgen autosodomizada por su propia castidad”, en la que también aparecía Ana María.

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La persistencia de la memoria

Figura en la ventana (también conocido como Mujer joven en una ventana) fue pintado por Salvador Dalí en el verano de 1925 y en noviembre del mismo año se expuso en la primera exposición individual de Dalí en la Galería Josep Dalmau de Barcelona.

Hasta la muerte de Dalí en 1989, “Figura en la ventana” estuvo expuesta de forma permanente en el Teatro-Museo Dalí de Figueres, ciudad natal del artista, y luego, muy a mi pesar, se fue a Madrid, y ahora se puede admirar esta magnífica obra en el Museo Reina Sofía.

Sin embargo, de vez en cuando la “Figura en la ventana” viene de Madrid a Figueres para “quedarse” un poco, y entonces llegan para mí unas verdaderas vacaciones: Considero esta obra temprana una de las mejores de todo el vasto patrimonio del artista catalán.

Volvamos al verano de 1925. Salvador Dalí es joven -sólo tiene 21 años-, tiene talento, es guapo; todavía no le han echado de la Academia de Bellas Artes de Madrid, cosa que ocurrirá un año después; ha invitado al poeta español Federico García Lorca, su mejor amigo, a quedarse con él; en una palabra, ¡la vida va bien! En esa época, Salvador Dalí trabaja increíblemente duro (sin embargo, como siempre), y retrata incansablemente a su única modelo femenina antes de la aparición de Gala: su propia hermana Ana María.

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Figura en una ventana dalí

Análisis: “Muchacha de espaldas” fue pintado en 1925, con óleo sobre lienzo. La chica del cuadro es Ana María, la hermana menor de Dalí. También fue la modelo de “Figura en una ventana”. La niña sentada se incluyó en la primera exposición individual de Dalí en la Galería Dalmau de Barcelona en 1925, donde fue vista favorablemente por Pablo Picasso, a quien Dalí conocería en París al año siguiente.

El cuadro tiene un estilo casi clásico; es sencillo y armonioso en su contenido y forma, y remite a un periodo anterior del arte que estaba en auge en ese momento. Al igual que en “Figura en la ventana”, Dalí ha pintado a Ana María de espaldas, de modo que no se ve su rostro. Este punto de vista, al tiempo que confiere al cuadro un aire de intriga, hace que la mirada del espectador se dirija, como la de la niña, al paisaje que tiene delante. El color marrón dorado de la piel de la chica contrasta con el blanco de los edificios rectangulares que se levantan bajo el sol delante de ella. Las colinas distantes a la derecha del cuadro repiten el color exacto de su piel. La curva del hombro desnudo de la chica acentúa las líneas y esquinas de los edificios.

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Reloj de fusión

Gala Diaconovna-Dalí se asoma a una ventana.    Se asoma al sueño, a la fantasía de su infancia en San Petersburgo, la capital norteña de los zares, la ciudad francesa e italiana que Pedro el Grande quiso abrir al Báltico y a Europa.

Gala-Eluard-Dali, musa de un gran poeta clásico y surrealista, y mentora de un genio que se describe a sí mismo en términos cósmicos, se asoma a una ventana.    Observa el silencio.    Por ello, Dalí la veneró como a una diosa de tiempos pasados y, en una simbiosis raramente lograda, la convirtió en símbolo y corazón de su obra.

Esta pieza, con forma de “A”, formaba parte del proyecto de Dalí para crear el nombre GALA.    Su intención -que nunca cumplió- era completarla con otras dos esculturas en forma de “G” y “L”.