Venus de dolní věstonice
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tamaño de la venus de dolni vestonice
La Venus negra, uno de los ejemplos de cerámica más antiguos que se conocen en el mundo, se encontró en el yacimiento prehistórico de Dolni Vestonice, en Moravia (República Checa), en 1925. Se cree que la figura fue esculpida hace entre 29.000 y 25.000 años. Su figura voluptuosa y sin rostro es típica de las estatuillas de Venus de la Europa de la Edad de Hielo, pero el material utilizado para fabricarla es raro. Su singular color negro se debe a la combinación de hueso molido y arcilla utilizada para su fabricación. Este material producía un acabado negro autobrillante en el horno y puede verse en muchas de las otras piezas de cerámica encontradas en el mismo yacimiento. La estatuilla original rara vez se expone al público, pero forma parte de la colección del Pabellón Anthropos del Museo de Moravia en Brno (República Checa).
Imagen original de Don Hitchcock. Subida por Jessica Liew, publicada el 07 de julio de 2017 bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Esta licencia permite que otros remezclen, modifiquen y construyan a partir de este contenido de forma no comercial, siempre y cuando den crédito al autor y licencien sus nuevas creaciones bajo los mismos términos. Cuando se vuelva a publicar en la web, debe incluirse un hipervínculo a la URL de la fuente del contenido original. Tenga en cuenta que los contenidos enlazados desde esta página pueden tener condiciones de licencia diferentes.
věstonice
Tiene una altura de 111 milímetros y una anchura de 43 milímetros en su parte más ancha, y está hecha de un cuerpo de arcilla cocida a una temperatura relativamente baja (500-800 °C)[2] La estatuilla sigue la morfología general de las demás estatuillas de Venus: pechos, vientre y caderas excepcionalmente grandes, quizá símbolos de fertilidad, cabeza relativamente pequeña y pocos detalles en el resto del cuerpo. Un rasgo que ya no forma parte de la escultura es el hecho de que se cree que originalmente estaba ornamentada con cuatro plumas[3], lo que se evidencia por los cuatro pequeños agujeros en la parte superior de la cabeza[3]. Aunque no se ha determinado el tipo de pluma, se dice que los agujeros se produjeron con una herramienta relativamente afilada, de las que satisfaría una pluma[3].
mujer de lespugne
He descubierto impurezas en el interior del cuerpo, que están distribuidas de forma bastante aleatoria. Esto demuestra que el material procedía del lugar donde se creó la estatua. Había muchos carbones, fragmentos de hueso y partes de marfil de mamut, por lo que el creador de la estatua debió de utilizar los sedimentos del lugar. Evidentemente, estas impurezas no se añadieron a la arcilla con ninguna intención especial, es sólo una contaminación natural.
Utilicé la tecnología digital y creé modelos tridimensionales de los agujeros, y ahora está bastante claro que todos son producidos por una herramienta con una punta relativamente afilada. Se parecen a la punta de las plumas de los pájaros, que es lo que pensaba Karel Absolon. Ahora quiero imprimir los modelos en una impresora 3D. Entonces será posible averiguar qué plumas de especies de aves se utilizaron. Es realmente muy interesante.
věstonická venuše
A diferencia del enfoque filogenético y sociogenético anterior, este capítulo considera una escala temporal diferente: el curso de la vida. Al reflexionar sobre cómo el movimiento y la migración definen las trayectorias vitales, se argumenta que las vidas móviles son, a la vez, vidas agénticas. Incluso cuando la movilidad personal “fracasa”, su papel en la expansión de nuestro horizonte permanece. Las migraciones forzadas y traumáticas se discuten como casos extremos que ilustran el delicado equilibrio entre el movimiento, la posibilidad y la imposibilidad en el curso de la vida.
Este primer capítulo sirve de introducción a los dos temas principales de la movilidad y la posibilidad y su relación. Revisa, brevemente, la literatura sobre movilidades y la conecta con la de la posibilidad humana. En él se expone el argumento general de que la movilidad engendra la posibilidad y se discute la estructura del libro a la luz del mismo.
Mientras que el capítulo anterior se ocupaba necesariamente (dada la ausencia de historia registrada) del movimiento de las cosas, este capítulo se ocupa de la historia de las ideas y de las teorías recientes sobre la transmisión cultural y la circulación de las representaciones. De nuevo se demuestra que el movimiento y la interacción abren nuevas posibilidades de pensamiento tanto para los individuos como para la sociedad.